Las TIC ¿sí o no en la educación?
- lanubematematica
- 19 feb 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 16 jun 2020
Como buena gallega, tengo que decir que la respuesta a esta pregunta es "depende".

El creciente uso de las tecnologías de la información y su gran impacto social no puede pasar desapercibidos en el ámbito educativo. La manera de comunicarse, informarse y entender la vida viene ligada al empleo de las TIC y por ello debe ser una competencia que los alumnos deban adquirir y dominar. Se hace por ello necesario prepararles para un futuro que cambia a velocidad de vértigo debido a los avances tecnológicos que van surgiendo.
Así lo establece la LOMCE en el apartado XI cuando indica que “Las Tecnologías de la Información y la Comunicación serán una pieza fundamental para producir el cambio metodológico que lleve a conseguir el objetivo de mejora de la calidad educativa “(p.5).
Un estudio realizado por Area, Hernandez y Sosa (2016) constata que para muchos docentes el empleo de las TIC forma parte de los recursos habituales de clase. Herramientas como las pizarras digitales interactivas, el ordenador o el uso de Internet son utilizados de manera frecuente como recurso para favorecer un proceso de enseñanza-aprendizaje significativo.
Además de los recursos mencionados, en la actualidad están surgiendo distintos conceptos y herramientas que están revolucionando la manera de enseñar y aprender. Conceptos tan importantes como el E-learning, mobile learning o blended learning permiten al estudiante, a través de dispositivos móviles y de las TIC, crear una experiencia de aprendizaje independientemente del contexto, momento y lugar en el que se encuentre (Bartolomé-Pina, García-Ruiz y Aguaded, 2018). Son numerosas las aplicaciones y plataformas que permiten al estudiante y al docente adquirir cualquier conocimiento y de una manera más efectiva y motivadora. (Bartolomé-Pina et al., 2018).
Se muestran a continuación algunas de las numerosas ventajas que ofrece el empleo de las TIC en el proceso de aprendizaje de los alumnos, tanto en las aulas como fuera de ellas (Cacheiro, 2018):
Desarrollo de la competencia digital.
Motivación. Se produce un mayor interés por las tareas a desarrollar.
Favorece el trabajo cooperativo con alumnos que se encuentran en cualquier lugar del mundo y con el mismo fin.
Ayuda a la comunicación y la interacción. Esta interacción puede ser además continua tanto con la aplicación como con otros usuarios en línea. Se produce de esta manera un flujo constante de información que favorece el aprendizaje, mediante un intercambio de opiniones, feedback, etc. Además, esa comunicación puede producirse de muchos a muchos, es decir de profesor a alumnos, de profesores a alumnos, de alumnos a alumnos, de profesores a familias, etc.
Autonomía. Promueve un alumno más activo y autónomo para realizar las tareas. Así mismo favorece la creatividad ya que los estudiantes tienen que tomar decisiones por ello mismos. Elimina la barrera espacio-tiempo permitiendo la formación del estudiante en cualquier momento y lugar.
Aumenta las oportunidades de aprendizaje.
Pero no basta con la introducción de las TIC en las aulas para lograr alcanzar un aprendizaje significativo, ya que esta incorporación debe producirse de una manera planificada, estableciendo, entre otros, los objetivos que se pretenden alcanzar, los contenidos, destrezas y habilidades que se van a trabajar a través de la realización de la actividad propuesta.
Un aspecto de mucha controversia es ¿a partir de qué edad se puede introducir esta tecnología para favorecer el proceso de aprendizaje de los niños? Son numerosos los profesionales que indican que a partir de los 18 meses, con un uso controlado, guiado por un adulto responsable y durante un tiempo determinado al día, los niños pueden desarrollar de manera más temprana habilidades en zonas cerebrales relacionadas con la motricidad fina.
Ni duda cabe que las TIC han llegado para quedarse. Forman parte del pasado, presente y futuro y abren un amplio abanico de posibilidades en el mundo educativo.
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